Valiente Príncipe Celestial,
San Miguel arcángel,
general de las milicias de Dios,
en todas las necesidades y peligros,
ayúdame a preservar y guardar
mi alma y mi cuerpo de todo mal,
en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo,
de su Preciosísima Sangre
y de la Virgen Purísima e Inmaculada.
Glorioso arcángel de la espada,
que al grito de:
Glorioso arcángel de la espada,
que al grito de:
¡Quién como Dios!
reduces y sometes al maligno,
hazme duro como el acero
de tu invencible espada,
reduces y sometes al maligno,
hazme duro como el acero
de tu invencible espada,
ante las tentaciones de los espíritus infernales,
protégeme de ellos, para que sepa ser
bondadoso y benigno con los demás,
bondadoso y benigno con los demás,
practicando la caridad y la compasión
a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo.
Santo y valeroso Arcángel,
Amén.
revísteme con tu armadura celestial,
deja brillar sobre mí el sol del amor de Dios
defiéndeme de los dardos Satánicos,
deja brillar sobre mí el sol del amor de Dios
defiéndeme de los dardos Satánicos,
y dame tu valiosa protección
contra los enemigos que me acechan,
y así poder llegar a ser
y así poder llegar a ser
así como Dios me quiere,
para gloria tuya y el bien de mi alma.
Amén.
No hay comentarios