de pureza virginal,
es tan bello tu semblante
como no hay otro igual.
En tu dulce reposo hay tal ternura
que de mi corazón hace brotar
los más tiernos sentimientos,
de amor, alegría y paz.
Es tu carita el lucero
que da alegría a mi vida,
pues son tantas hoy mis penas
que solo con verte pienso
que me puedas ayudar.
Dame favor, Niño Hermoso,
tu que eres milagroso,
que a ti acudo fervoroso
para mi sino cambiar.
Bendito y Divino Niño,
ten compasión de este alma
que padece necesidades,
cambia mis males por bienes,
de fortuna, prosperidad,
que mucho he sufrido ya
y pagado por mis errores.
No dejes que siga penando,
compungido, desvalido,
con un incierto futuro
que me causa inseguridad,
que me deja deprimido,
desganado, cayendo en la enfermedad.
Santo Niño de las Suertes,
por favor escucha mi ruego,
abre puertas y caminos
para mi vida cambiar.
Siempre fiel yo te seré,
y con mi amor y devoción
siempre podrás contar
como agradecimiento al milagro
que por mí, se que tu harás.
Amén
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