Oh, Santísimo Niño Jesús de Praga,
yo hoy recurro a Ti con una grave necesidad
y te ruego por la intercesión de tu Santa Madre,
que te apiades de mí y me asistas:
(Pida el favor que desea obtener)
Soy tu devoto fiel y creo firmemente
que tu Divinidad me puede socorrer
en los padecimientos que sufro
y que sin tu ayuda no podré solucionar
pues carezco de los medios adecuados
y las fuerzas ya me faltan
en esta complicada situación.
Espero con toda confianza
obtener tu santa gracia,
Santísimo Niño de Praga,
venerado por tu piedad y gran poder,
y a quien nunca dejas de prestar tu ayuda,
cuando lo estimas conveniente y necesario.
yo hoy recurro a Ti con una grave necesidad
y te ruego por la intercesión de tu Santa Madre,
que te apiades de mí y me asistas:
(Pida el favor que desea obtener)
Soy tu devoto fiel y creo firmemente
que tu Divinidad me puede socorrer
en los padecimientos que sufro
y que sin tu ayuda no podré solucionar
pues carezco de los medios adecuados
y las fuerzas ya me faltan
en esta complicada situación.
Espero con toda confianza
obtener tu santa gracia,
Santísimo Niño de Praga,
venerado por tu piedad y gran poder,
y a quien nunca dejas de prestar tu ayuda,
cuando lo estimas conveniente y necesario.
Te amo con todo el corazón
y con todas las fuerzas de mi alma.
Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados,
y te suplico, ¡oh buen Jesús!
me des fuerzas para triunfar.
Propongo no ofenderte
y me ofrezco a tí,
dispuesto a sufrir antes que hacerte sufrir.
De ahora en adelante,
quiero servirte con toda fidelidad,
y por tu amor ¡oh Divino Niño!
amaré a mi prójimo como a mí mismo.
Niño omnipotente, Señor Jesús,
nuevamente te suplico
me asistas en esta circunstancia
(se manifiesta de nuevo).
A tus pies deposito mi problema,
que con tu milagrosa ayuda
quedará resuelto,
y yo prometo adorarte
con los Ángeles en la Corte del Cielo.
Amén.
y con todas las fuerzas de mi alma.
Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados,
y te suplico, ¡oh buen Jesús!
me des fuerzas para triunfar.
Propongo no ofenderte
y me ofrezco a tí,
dispuesto a sufrir antes que hacerte sufrir.
De ahora en adelante,
quiero servirte con toda fidelidad,
y por tu amor ¡oh Divino Niño!
amaré a mi prójimo como a mí mismo.
Niño omnipotente, Señor Jesús,
nuevamente te suplico
me asistas en esta circunstancia
(se manifiesta de nuevo).
A tus pies deposito mi problema,
que con tu milagrosa ayuda
quedará resuelto,
y yo prometo adorarte
con los Ángeles en la Corte del Cielo.
Amén.
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