¡Oh! instrumento Sacrosanto
de la Pasión soberana,
que con sabia y alta ciencia
la elegiste, Dios de gracias,
para remedio del hombre
y consuelo de sus ansias.
Concediste igualmente
en apoyo de estas gracias
que apareciera la Cruz
en el feliz Caravaca.
de la Pasión soberana,
que con sabia y alta ciencia
la elegiste, Dios de gracias,
para remedio del hombre
y consuelo de sus ansias.
Concediste igualmente
en apoyo de estas gracias
que apareciera la Cruz
en el feliz Caravaca.
Desde allí a todos los fieles
concede súplicas raras
como sucedió en Sevilla
con una doncella honrada
a quién el Padre Fray Diego,
misionero de gran fama,
enseñó con su gran celo,
para que fuese guardada
de todos los enemigos
que combaten nuestras almas,
un modo de persignarse
según está figurada
esta Santísima Cruz;
Más ella que ya lo usaba,
fue de defendida en un todo
de la acción mas inhumana
contra toda castidad.
Se valió de otro criada
un joven desenfrenado
con oferta depravada
de veinte pesos sencillos
para que proporcionara
una ocasión sigilosa
que pillando descuidada
a esta honesta doncella
marchitase la fragancia
de su casta honestidad.
Abrió un postigo de casa,
por donde entró este joven
y yendo hacía la cama
donde estaba la doncella
halló que estaban encaradas
unas trazas de madera
que servían de peana
a esta Santísima Cruz
que puesta encima se hallaba
como Divina trinchera,
en defensa y alta guardia
para que no consiguiese
su intención tan depravada.
Repitió segunda vez,
y no ha conseguido nada,
sirviéndole de escarmiento
a sus ilusorias trazas,
y la doncella prosigue
con esta devoción santa.
Modo de Persignarse con la Cruz de Caravaca
Persígnome con tres Clavos
y abrázome con la Cruz,
porque siempre me acompañe
el Dulce Nombre de Jesús.
Baje la Cruz del Cielo
y se ponga sobre mí
porque siempre me acompañe,
responda y hable por mí.
Rezándole a esta Santísima Cruz
que está tocada en la de Caravaca
un Padre nuestro y Ave María,
tiene concedidos 3000 días de Indulgencias
por los Eminentísimos e Ilustrísimos
señores Cardenales, Arzobispo y Obispos
de España y América,
llevándola consigo, poniendo nombre y apellido.
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